Apunte tomado de la célebre iglesia de Salardú.
El Valle de Arán encierra tesoros escondidos en los pequeños pueblos que se diseminan por las orillas de sus innumerables ríos. El románico por esta zona es muy peculiar, y uno de sus máximos exponentes es esta iglesia en Salardú, pueblo situado muy cerca de la estación de esquí.
Lo que más destaca es su torre octogonal, junto con su empinado tejado, propio de las zonas que han de resistir fuerte nevadas. Sin embargo esta torre, es una añadido a la iglesia. Se construyó en el siglo XV mientras que la iglesia está datada en los siglos XII/XIII.
Lo que sí es románico, además de la iglesia, es su famoso Cristo, rodeado de pinturas al fresco que han sido recientemente restauradas.
Merece la pena una visita en el tiempo libre que nos deje la práctica del esquí.
Carletto
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