Creía haber escrito ya esta receta, pero repasando mis antiguas entradas he visto que no es así. Quizá ya la conozcáis pero con el nombre de "Patatas con Caldillo" o también el de "Patatas Guisadas".
Este es uno de los platos más sencillos que podemos hacer, los ingredientes son mínimos y, si dejamos a un lado el pelado de las patatas, su elaboración también es mínima, que es lo que busco en la cocina, cosas fáciles de hacer y que luego están buenísimas.
Ingredientes:
Unas 5 ó 6 patatas no muy grandes
Una cucharada pequeña de pimentón dulce (si nos gusta el picante se puede hacer con media y media, aunque yo no lo recomiendo).
Media cucharada pequeña de cominos (la cantidad también depende mucho del gusto de cada cual)
Un par de dientes de ajo
Aceite de oliva virgen extra
Sal
Preparación:
Después de haber pelado y cortado las patatas en obleas no muy grandes, se doran en un marmita en la que previamente habremos puesto a punto un par de cucharadas de aceite.
Cuando estén bien doraditas, se apartan del fuego, se agrega el pimentón, y se remueve hasta que todo adquiera un bonito color rojo. Se añaden los ajos y los cominos, que habremos majado en el mortero (ajos y cominos).
Se pone otra vez al fuego y se añade agua hasta que lo cubra todo y la sal pertinente.
Se deja hervir a fuego lento durante unos 20 ó 25 minutos y ya está. El tiempo de cocción depende mucho de la calidad de las patatas, pero es fácil saber cuando están tiernas. A media cocción se prueba y se rectifica de sal.
Como casi todos los guisos, al día siguiente te sabe mucho mejor.
Hay quien le añade trozos de chorizo, o escalfa unos huevos, pero ya pierden el apelativo de "a lo pobre" para convertirse en un plato de lujo.
Carletto
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