Es curioso comprobar cómo cambian las modas. Hace años (muchos diría yo) veíamos a todos los niños con raya en el pelo, un buen tupé para recoger el flequillo y el cogote y las sienes francamente rapadas.
El niño del dibujo lleva...
el flequillo descuidádamente suelto sobre la frente, el pelo peinado pero sin raya; esto nos da una pista de cómo lo llevará cando llegue a la adolescencia, quizá mucho más largo, algo menos peinado y con un gran flequillo que le cubra gran parte de su cara. ¿Quién no ha pasado por ese trance?
Es un niño y tiene la expresión propia de la edad que representa, cara de bueno pero con ideas que sólo él conoce. Abnegado, resistente, con muchas ganas de vivir, y siempre con ansias de demostrar que también él es capaz de hacer lo que hacen otros niños mayores que él. Todo un enigma por descubrir.
Con el paso del tiempo, su rostro se llenará de pequeñas arrugas y pliegues, señales de los vaivenes a los que nos somete la vida. Entonces, y sólo entonces, podremos conocer algo más de su personalidad, mientras tanto dejemos que disfrute de su niñez.
Mucha suerte!
Carletto
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