Después del paréntesis veraniego, voy a retomar estos pequeños escritos, que no hacen sino servirme de entretenimiento, aunque espero que también sean útiles para alguien más.
Sobre "La duda" se puede hablar largo y tendido, incluso se han hecho películas de misterio o intriga, algunas de ellas memorables, pero en este artículo me voy a referir a los casos en que el protagonista tiene una fe absoluta en algo que aprendió de crío, y posiblemente de una persona con gran ascendiente sobre él, por ejemplo, los padres o los maestros (quizás ahora ya no se llamen maestros, pero creo que todos nos entendemos mejor si uso este término), y que de repente alguien o algo le dice que no es correcto. Automáticamente la próxima vez que lo vaya a usar le asaltará una duda tremenda sobre cuál era la forma correcta. Esto pasa también mucho en el aprendizaje de idiomas. Si por alguna razón aprendemos algo incorrecto y luego algún compañero nos dice que no es así, será muy común que el día del examen nos asalte más de una duda sobre como debemos decirlo y/o escribirlo.
No voy a citar ejemplos de mucha enjundia, ni tampoco cosas trascendentales. Ya que estos artículos quieren ser algo lúdico me basaré, para argumentar mi exposición, en dos expresiones latinas que se usan cuando queremos dar a nuestro discurso un cierto tono culto. Ni que decir tiene que inevitablemente se produce una paradoja rayana en lo ridículo cuando nos las queremos dar de cultos y cometemos un error de bulto. Citaré estos dos ejemplos porque los he sufrido en primera persona, pues no hay mejor ejercicio que reírse de uno mismo cuando metemos la pata; además así nadie se da por aludido.
El primer ejemplo es la expresión "grosso modo". Tal y como la aprendí no era correcto, pues añadía una preposición delante de dicha frase, es decir, siempre decía "a grosso modo". Lo peor del caso es que después de usarla mal durante muchísimos años, me sacó de mi error un compañero de trabajo al cual no le tenía mucho aprecio (ni él a mí). Aprovechó el muy ladino a corregirme en público, cosa que, ni aún ahora después de tanto tiempo, le he perdonado. Otro día hablaré de este elemento porque su relación conmigo está llena de anécdotas. No se puede decir que fuera una relación amor/odio, simplemente todo era odio y animadversión mutua.
Me resultó aún más extraño cuando oí, en este caso leí, la forma correcta de la segunda frase que voy a citar como ejemplo, pues mucha gente relevante de la vida política y social la usa también mal. Me refiero a la expresión "Motu proprio". Atención a la segunda "r" de "proprio", pues no se la he oído decir a nadie. Ni que decir tiene que anteponer una preposición también es incorrecto, aunque sea muy frecuente oír "de motu propio" o "por motu propio". Esta vez no me corrigió nadie, sino que lo leí recientemente en un artículo que hablaba de expresiones latinas usadas incorrectamente.
Me imagino que todo el mundo sabe el significado de estas expresiones, pero por si queda algún despistado, diré que "grosso modo" sería equivalente a "aproximádamente" y en el caso de "motu proprio" yo lo traduciría como "propia iniciativa".
Como dije al principio no son dudas existenciales, pero seguro que os acordáis de mí la próxima vez que os asalte una duda en un examen.
Que tengáis una buena semana,
Ciao,
Carletto
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