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Temas de los que escribo

viernes, 26 de septiembre de 2014

El caballo de cartón



A veces me gusta recordar viejas películas que ya he visto. No solamente recordarlas sino volverlas a ver con otros ojos, con otra atención, con otro interés. No sé la razón pero, esto no me sucede con los libros, sólo con las películas.

Cuando ves una película por vez primera te dejas llevar por el argumento y los diálogos, casi sin darte cuenta también percibes los paisajes y la música pero, es un hecho que perdemos no pocos detalles de la misma. Caes en la cuenta de ellos si vuelves a verla por segunda vez, cuando te has quitado de encima la presión de seguir el argumento. Entonces tienes tiempo de prestar atención a los pequeños detalles que el director ha decidido que aparezcan en escena. Muchas veces estarán allí por casualidad, pero, si el autor es un buen cineasta, los habrá escogido con algún criterio y eso hace a la película mucho más interesante. 

Lo comparo a un cuadro. Lo que salta a la vista es la ecena principal, pero ¿Por qué el artista ha elegido lo que ha pintado en el resto de la obra? Muchas veces nos vamos a encontrar bonitas historias escondidas en esos aparentemente añadidos sin importancia.

El caso que me ocupa hoy es el de "El discurso del rey". Película muy conocida y aclamada en la que se nos cuenta un hecho real sucedido en un tiempo no muy remoto, incluso algunos de los personajes aún viven hoy en día. La he vuelto a ver hace poco y me fijé en un detalle casi insignificante, pero que me trajo a la memoria recuerdos de mi niñez. En un momento dado, la familia está en su domicilio, concretamente en el cuarto de juegos de las niñas. Pues bien, en la escena aparecen hasta cinco caballos de juguete, cada uno de un tamaño, una forma y un color. Obviamente estamos hablando de la familia real y se podría permitir esos lujos, pero al menos yo tuve un caballito de cartón. He aquí su historia.

domingo, 14 de septiembre de 2014

Coach



José María Iñigo ha sido un pionero en muchos aspectos en la historia de la España más reciente. Hablaba inglés cuando era impensable hacerlo, era DJ cuando casi nadie iba a las discotecas y, desde luego, no cobraba lo que cobran ahora los DJ's famosos. Tuvo además algunos programas rompedores en la TV de entonces y que han sido el embrión de muchos de los que ahora se hacen.

En estos momentos, y con mucha experiencia a sus espaldas, además de buen viajero y gran gourmet, se le puede  ver en algunos programas nostálgicos de la televisión y también colabora en algún programa de radio. En uno de estos últimos ha abierto una sección que más o menos se llama "Hablemos en español, Le...!" . Básicamente reivindica el uso del castellano por encima de palabras extranjeras, la mayor parte originarias del mundo anglosajón (perdón por haber usado la palabra "gourmet").

miércoles, 10 de septiembre de 2014

La decisión y la duda

Esta entrada no me la debéis a mí sino a una buena amiga y desde hoy colaboradora, que prefiere quedar en el anonimato. Desde ahora la llamaré Claro de Luna.

Quiero agradecer su escrito y animarla a seguir colaborando en la sección que ella prefiera y decida.




Todos sabemos qué son las decisiones,  las tomamos a diario y desde muy temprana edad.  Creo que eso es lo que se conoce como "libre albedrío".

Las decisiones sirven para que en diferentes momentos de nuestra vida, y yo diría que casi continuamente, elijamos entre las diferentes  opciones que se presentan ante nuestros ojos con el fin de satisfacer nuestros deseos, mejorar nuestro status, o crecer como ser humano.

Algunas son sencillas, por ejemplo, decido si para el desayuno tomo magdalenas en lugar de pan tostado. O esta otra,  prefiero llevar pantalón vaquero a traje y corbata. Pero otras veces no son tan simples, ya que tienen un impacto en nuestra vida mucho mayor que las anteriormente mencionadas.

domingo, 7 de septiembre de 2014

Afilado como un blues a medianoche



Dicen que en los libros se puede encontrar de todo, desde conocimiento hasta opinión, pasando por puro entretenimiento. El verano es un momento propicio para leer libros que se pueden englobar en este último apartado, quizá porque el calor aprieta y no hay lugar para enfrascarse en libros de sesudos pensadores.

No puedo asegurar que la meta del autor del libro "Afilado como un blues a medianoche" fuera sólo la de simplemente entretener, pero en mi opinión entretiene y mucho.