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jueves, 4 de diciembre de 2014

Fábulas y cuentos



Por motivos que no vienen al caso he leído recientemente algunas de las fábulas escritas por Charles Perrault (1628-1703). Caperucita Roja, Cenicienta, La Bella durmiente etc., son títulos conocidos por todos y que hemos leído o visto en alguna de las múltiples versiones que se han hecho de los mismos, culminando con las películas que Walt Disney hizo basándose en ellos.

Ni qué decir tiene que, en mi opinión, todas las versiones son válidas y si escribo esta crónica es simplemente para constatar que los tiempos, los usos y las costumbres hacen que la idea original del autor haya sido cambiada en mayor o menor medida.

Por poner algún ejemplo:


Según Perrault, Caperucita Roja  no fue salvada por ningún leñador, ni por supuesto la abuelita; el cuento acaba con un lobo completamente satisfecho después de haberse zampado a ambas. Tampoco la adolescente llevaba una capucha sino un adorno propio de la época. Lo que sí se ha mantenido es el color. Lo más curioso son las moralejas (hay más de una) que tiene la versión original. No las cuento porque merece la pena leerlas en el libro.

Otro dato curioso es que La Bella Durmiente no pudo haber conocido a su príncipe en el bosque antes de saber que ella era una princesa (por cierto, no se llamaba Aurora), porque dicho príncipe aún no había nacido, pues la princesa y toda la corte estuvo durmiendo nada menos que 100 años. Tampoco termina el cuento cuando se casan, y de verdad que merece la pena leer toda la historia y descubrir que el príncipe es hijo de una "ogra" come-niños.

¡Adiós al romanticismo!

Lo más curioso de todo es que hay cuentos que han desaparecido casi por completo del ideario popular, o al menos se les ve con bastante dificultad. Me refiero, por ejemplo, a cuentos como  Barbazul, El Gato con botas, o Pulgarcito. 

Las razones de su desaparición no están claras, pero casi apostaría a que es porque no resulta fácil justificar  lo que en ellos se cuenta. Vayamos uno a uno.

El machismo y el poder del hombre sobre la mujer con total impunidad queda patente en Barbazul. Incluso se justifican las tremendas consecuencias para la mujer que no puede contener su curiosidad desoyendo la prohibición expresa del marido.

El cuento de Pulgarcito basa su trama en la extrema pobreza de un matrimonio y en que está dispuesto a abandonar a sus hijos en pleno bosque para que se los coman las alimañas. ¡Curiosa forma de amor paterno-filial!

He dejado para el final el Gato con botas porque es un canto al todo vale (engañar, adular, lisonjear y hacer regalos a los poderosos) para conseguir "dar el pelotazo" como así le pasa al marqués de Carabás que ni era marqués ni era nada pero que termina emparejánose con la princesa.

Después de esta crónica espero que os hayan entrado ganas de leer estas historias, que nuestro amigo Perrault escribió hace casi tres siglos, en su versión original (o en una buena traducción). Desde luego yo no las considero historias para niños, y además descubriremos mucha de la idiosincrasia de la época. En cuanto a los románticos y a los amantes de los finales felices, no sabría qué decirlos, algunas de las historias sí que terminan con el color de rosa.

Carletto

2 comentarios:

  1. No lo dirás por mí... XD Curiosamente recuerdo esos tres cuentos últimos que has citado como algunos de mis favoritos, o quizá era que me gustaban todos, pero de Barbazul me impresionaba la llamada de la puerta cerrada, la prohibición casi imposible de respetar, de El gato con botas, la suerte inmerecida del marqués de Carbas, y de Pulgarcito, lo triste de verte sola en el bosque, (muchas veces de niña me imaginaba en la misma situación, sufridora que ya era una).
    Y después de pedirte perdón por esta charla solo darte las gracias por hacerme recordar. Coincido en que nos hemos vuelto muy políticamente correctos en cuanto a lo que les contamos a nuestros niños. Habrá que ver si resulta para bien o para mal...

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    Respuestas
    1. Muy bueno Marisa!!!!

      Imposible para una mujer una puerta cerrada (jajajaja!)

      Hablando en serio, tal y como tu dices veremos con los años cuál es el resultado, los gustos y las costumbres cambian y sólo el tiempo dará la razón a unos u a otros. Sabes que casi todos los movimientos son pendulares, aunque no se repiten de forma exacta. Para explicarlo, el mejor ejemplo son las modas, de repente se vuelve a poner de moda algo que ya pasó, pero nunca vuelve exactamente igual, no?

      Al leer los cuentos de forma desapasionada reconozco que hacen remover nuestras conciencias y hacen aflorar sentimientos de una forma, a veces, brutal, pero si se leen de una manera antropológica, merecen la pena.

      Como tu dices...nos leemos :-)

      Ciao,
      Carletto

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