Retrato de mujer 006

Me gusta dibujar a personas alegres, pienso que es una forma de devolver un poco de alegría y felicidad al que lo mira.

Esta joven debía de estar de vacaciones, con toda probabilidad en la playa, de modo que adiós a las preocupaciones del día a día, y esto se nota en la relajación de sus facciones, no se ve ninguna línea dura que nos permita pensar que hay alguna tensión en la protagonista. Pero adentrémonos un poco en el mundo de la fantasía y busquemos algún otro rasgo escondido.

El gesto sonriente, y quizá el resplandor del sol, hace que tenga los ojos entornados, pero me atrevería a decir que tiene una mirada penetrante, capaz de transmitir lo que ella quiera en todo momento; bien amor, cariño o amistad, o bien dureza, distanciamiento, desdén... y con una intensidad inusitada.

La frente, con las sienes muy marcadas, me da pie a pensar que es una persona franca (a veces demasiado) y de firmes convicciones, pero con la suficiente tolerancia como para escuchar los puntos de vista del otro y cambiar su opinión si el interlocutor la convence, claro está que esto no debe de resultar nada fácil,  pues estoy seguro de que sus ideas tienen raíces muy profundas y están bien argumentadas, pero, bueno, todo consiste en intentarlo.

Aunque me consta que lo que voy a decir no se sostiene científicamente, veo que tiene el pelo crespo, siempre he pensado que las personas que lo tienen así son muy fuertes tanto físicamente como intelectualmente. Siempre que veo una persona con el pelo excesivamente lacio y caído creo que se corresponde con una persona lánguida. Insisto en que son tonterías mías porque nos podemos encontrar con todo tipo de gente independientemente de su pelo, pero si alguien hiciera un estudio estadístico quizá me diera la razón.

Para terminar, veo algunos rasgos que me indican que, pasada su más tierna juventud, ha empezado la siguiente fase de su vida llena de grandes expectativas, y la está acometiendo con confianza y con grandes esperanzas. Desde luego argumentos no le faltan para llegar a buen puerto.

Le deseo mucha suerte de todo corazón.

Carletto