Hace algunas semanas que hice un escrito sobre "La Generación Perdida", y recientemente ha caído en mis manos un artículo que me ha hecho reflexionar de nuevo sobre este
tema.
El artículo en cuestión se refería al a un hecho tan común como el de encontrarnos
delante de una ventanilla para gestionar algún tema relacionado con la
Administración. ¿Quién no se ha sentido
indefenso y perdido en semejante brete?
Creo que puedo decir sin temor a equivocarme que todos vamos con la sensación de
que nos van a pedir algún documento o algún papel que no teníamos ni idea de que
debíamos de haberlo llevado.
Si lo he entendido bien, el artículo
en cuestión hace énfasis en el hecho de que si la persona que solicita el
trámite es mayor, y cuando digo mayor me estoy refiriendo a más de 60 años, el
administrativo de turno lo trata con cierta displicencia, o mejo dicho, lo
trata como si fuera algo menos que tonto. Yo discrepo con esa tesis porque creo
que el trato depende más de la persona que está detrás de la ventanilla, que de
la edad del solicitante. Factores tales como su personalidad, sus problemas
personales y su capacidad para disociar su vida profesional y la personal
influyen mucho más que cualquier otra cosa, al menos esa es mi experiencia y la
de algunas personas que conozco. Jóvenes o adultos, en la flor de la vida o ya
de mediana edad, a todos nos han mareado, teniendo que ir de ventanilla en
ventanilla, hasta que al final hemos conseguido nuestro objetivo.
En el escrito que he cogido como base, se citaba el hecho de que el administrativo
de turno daba por sentado que la persona que tenía delante, dada su edad, no
tenía ni idea de cualquier cosa que tuviera que ver con la informática, lo cual
no era cierto y esto dio lugar a una situación, si no cómica, cuando menos
incómoda. Sin embargo, y aunque esto no
da derecho al funcionario a dar un trato vejatorio o impertinente a la persona
que tiene delante, mi opinión es que es bastante común que cuanto más edad se
tiene, más proclive se es a estar perdido en esto de la informática. No cabe
duda de que pertenecer a una generación tiene unos condicionantes que son muy
difíciles de olvidar, por no decir de superar. Insisto, no es imposible pero sí muy probable;
sobre todo si tu vida profesional no te
lo ha demandado en ningún momento.
Es cierto que muchas personas de una cierta edad han procurado, bien por
necesidad, bien por placer o bien porque han visto las posibilidades que se
abren con el uso de las herramientas multimedia, el estar mínimamente al día en
los avances tecnológicos. Pero mucho me temo que son una minoría.
Pertenecer a la generación del papel, de la pluma estilográfica, de la máquina
de escribir, de la máquina de fotos de carrete y veladura (si no tenías
cuidado), y de tantas otras cosas a las que me iré refiriendo en mis artículos,
significa sentirse un poco perdido en la maraña de los avances tecnológicos. Si
incluso a las personas jóvenes les resulta difícil lidiar con tantas
aplicaciones informáticas para el móvil, para la tablet y para no sé cuantas
cosas más, cómo no lo va a ser para las personas, digamos, mayores.
Para terminar me gustaría hacer un apunte, quizás como inicio de una nueva
reflexión.
Los conocimientos de informática los comparo a los conocimientos de un
coche. Hay quien ni siquiera sabe conducir y está a expensas de que lo lleven.
Otros saben conducir pero no saben cambiar una rueda o comprobar el nivel del
aceite del motor. Un tercer grupo que conoce el mantenimiento básico del coche
y cómo reaccionar ante alguna pequeña avería (sin llamar a Ayuda en Carretera)
y por último los que realmente saben, cada uno en su especialidad, todo lo
relacionado con el maravilloso mundo del motor.
Similar es en la informática, ya que podemos encontrar a los que no saben ni encender el ordenador, a
los usuarios ocasionales, a los que tienen algún conocimiento, y de ahí en adelante hasta llegar a los
grandes diseñadores tanto de HW como de SW, incluyendo hackers y demás fauna.
Todo ello complicado por una jerga que sólo conocen los iniciados y que además
es cambiante. Uuuuffff!!
Un nuevo ejemplo de “La Generación perdida”.
Carletto
NOTA: La imagen la he obtenido de http://fe6miblog.wordpress.com/entrevista-de-trabajo/
NOTA: La imagen la he obtenido de http://fe6miblog.wordpress.com/entrevista-de-trabajo/
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